EL ORIGEN DE LA TRADICIÓN: LA YERBA MATE

Hace muchos siglos, concretamente quinientos años antes de la llegada de los españoles al Río de la Plata, los avá, poblaciones originarias del Amazonas comenzaron a emigrar hacia el sur del continente sudamericano. Poco a poco se asentaron en todo el curso del río Paraguay, Paraná, Uruguay y el litoral atlántico de Brasil. A estos nuevos grupos se los denominó guaraníes – en el lengua avá, significa, guerreros –

Estos grandes cazadores y agricultores de la selva, cultivaban alimentos que les servían para asentarse y poder desarrollarse en las nuevas zonas que iban descubriendo. En su expansión por el centro-sur del continente, descubrieron un árbol, cuyas hojas tenían cualidades notables y que pronto consideraron sagrado:la yerba mate. La usaban como ritual, como medicina y alimento. La comenzaron a tomar infusionada con agua fría o caliente en una calabaza vaciada, a modo de cuenco. Más adelante usaban una cañita lisa  – takuapí – con diversos filtros para sorber el agua de la infusión, sin residuos. La famosa bombilla. 

La yerba mate recogida tenía que ser secada para que no se malogre y puedan transportar más cantidad. Para este fin realizaban el sapecado, que consiste en secar las hojas al fuego o al calor del mismo para que pierda volumen y se logre el punto justo apto para ser infusionada correctamente. El actual método “barbacuá”.  

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